GRANJAS INTELIGENTES FLOTANTES PODRÍAN SER EL FUTURO DE LA PRODUCCIÓN DE ALIMENTOS
Las granjas inteligentes flotantes integran energía solar, hidroponia y acuicultura, sería un apoyo a la producción tradicional de alimentos
La crisis alimentaria en el mundo se va agravando poco a poco porque cada vez hay más demanda de alimentos y menos tierras de cultivos. En nuestros días aún es difícil hacer llegar la comida a todos los rincones de la tierra así que estas granjas inteligentes flotantes podrían ser el futuro de la producción de alimentos.
? Thinking Forward / Inhabitat
Thinking Forward es una empresa ubicada en Barcelona que ha presentado estos modelos de granjas que mezclan energía solar, hidroponia y acuicultura. Este prototipo poco convencional es un complemento a la agricultura tradicional. Apoyados en cuerpos de agua poco utilizados, quizás se ayude a promover la seguridad alimentaria a largo plazo.
Uno de los problemas más grandes del hambre en el mundo es que cuesta mucho trabajo hacer llegar los alimentos a las personas que los necesitan mientras que en otros lugares, el exceso de comida se descompone incluso antes de tocarlo. Las granjas estarían instaladas en cuerpos de agua cercanos para ahorrar el recorrido de los alimentos importados.
Cada uno de los módulos de la granja mide 200 por 350 metros inspirado en el formato de retícula asiática tradicional de granjas flotantes para la cría de peces. Los módulos pueden conectarse entre sí para formar plataformas más grandes.
El principal objetivo de las granjas es la agricultura así que las plataformas se forman por 3 niveles: en el suelo está el sistema de acuicultura y desalinización; el primer nivel está destinado al cultivo hidropónico y un tercer nivel está cubierto de paneles solares, claraboyas y colectores de agua de lluvia.
? Thinking Forward / Inhabitat
Este sistema es escalable y adaptable de acuerdo a la necesidad de producción de recursos. Las estimaciones indican que podrían producirse 8.152 toneladas de hortalizas y 1.703 toneladas de pescado al año. Suena como una magnífica idea a la que sólo habría que evaluar el impacto que tenga en los cuerpos de agua sobre los que se instale.
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